Nació en Buenos Aires en 1941. A los tres años tuvo su primer contacto con el piano, iniciando su formación musical a través del método lúdico de Ernestina Kusrow. Dos años más tarde comenzó a tomar lecciones de piano con Vicenzo Scaramuzza.
A los ocho años se presentó públicamente en
Buenos Aires tocando obras de Mozart (Concierto No. 21), Beethoven (Concierto
No. 1) y Bach, con la Orquesta de Radio El Mundo dirigida por Scaramuzza. Se
presentó luego en el Teatro Colón, donde debutó en 1952 con el Concierto de
Schumann y la entonces Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires (hoy
Filarmónica), dirigida por Washington Castro, y luego en el Teatro Astral.
En
1954, con ayuda del gobierno argentino y gracias a un puesto diplomático
ofrecido a sus padres, se trasladó a Viena a fin de proseguir sus estudios de
piano con Friedrich Gulda, a quien había conocido en sus visitas previas a
Buenos Aires y que se convirtió en su primer y principal referente.
Posteriormente tomó clases con Arturo Benedetti Michelangeli, Nikita Magaloff y
Stefan Askenase.
Se embarcó en un intenso programa de conciertos,
debutando en Viena al año siguiente y grabando en 1960 su primer disco para la
Deutsche Grammophon. A los 21 años se mudó a Nueva York haciendo una pausa en
su carrera.
Sin embargo, en 1965 retornó a la escena de manera fulgurante
ganando el primer premio de la séptima edición del Concurso Chopin de Martha
Argerich PIANO Varsovia –acaso el más alto galardón para un pianista en el
mundo- y el premio de la Radio Polaca por sus interpretaciones de los Valses y
Mazurkas de Chopin.
Gracias a la ayuda de Stefan Askenase y su
mujer, Argerich retomó su carrera internacional, la que desarrolló de manera
ininterrumpida tanto como solista -en recitales o con orquesta- y en
grabaciones. En 1974 se presentó en Nueva York, alcanzando en ese país el mismo
alto reconocimiento que tenía en Europa. Adquirió fama en un repertorio amplio
que abarca desde Bach hasta Bartók, pero fuertemente selectivo en cuanto a
autores y obras, privilegiando a Schumann y Chopin como solista. Grabó los
conciertos de Ravel (dos veces, con Claudio Abbado y las filarmónicas de Berlín
– premio de la Academia Charles Cross- y Londres), Schumann, Tchaikovsky,
Rachamninov (el Tercero, con Riccardo Chailly y la Orquesta de la Radio de
Baviera), primero de Chopin, tercero de Bartók y tercero de Prokofiev (con
Charles Dutoit). Pese a haber rehuido a Mozart, grabó varios de sus conciertos,
los últimos con Abbado (Nos. 20 y 25).
En la década de 1980, Martha Argerich viró su
interés hacia la música de cámara y la interacción con otros músicos como
Nelson Freire, Stephen Bishop-Kovacevich, Gidon Kremer, Alexander Rabinovich,
Nicolas Economou y Mischa Maisky, relegando sus presentaciones con orquesta y
aún más como solista. A su interés por hacer música en grupo se suma su visión
solidaria de ayuda a jóvenes músicos y su proyección social. En 1986 se
presentó en el Teatro Colón para abordar, en una sola velada el Segundo
concierto para piano de Beethoven, el Tercero de Prokofiev y el Primero de
Liszt, con la Filarmónica de Buenos Aires dirigida por Simón Blech.
En septiembre de 1999, Martha Argerich presentó
en el Teatro Colón su primer Festival y Concurso Internacional, integrando
personalmente el jurado.
En noviembre de ese mismo año presentó otra edición
del Festival en Beppu, Japón, con clases magistrales brindadas por ella y
colegas como Mischa Maisky y Nelson Freire.
El Festival Argerich, llamado entonces Punto de
Encuentro, se reiteró en el Teatro Colón en temporadas sucesivas hasta el año
2005. Paralelamente participó intensamente del Festival de Lugano haciendo
música de cámara junto a importantes instrumentistas, en veladas que han
quedado atesoradas en grabaciones. Martha Argerich tiene tres hijas de diversas
parejas: Lida Chen, con el violinista chino Robert Chen; Annie Dutoit, fruto de
su matrimonio entre 1969 y 1973 con el director de orquesta Charles Dutoit, y
Stéphanie Argerich, con el pianista Stephen Kovacevich.
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