En el Teatro Colón
Argerich y Sosa, ovacionadas
La pianista y la cantante se reunieron por primera vez en una velada mágica
Argerich y Sosa, ovacionadas
La pianista y la cantante se reunieron por primera vez en una velada mágica
En la sala del Colón hubo otra vez mucha gente de pie.
Está todo dicho. De todos modos concurrían a un concierto atípico. Nada
de mezclas raras de protagonistas. Nada de rockeros. El concierto no
suscitaba por igual el interés de todos. Mercedes Sosa y Martha Argerich
(que anteayer también se presentó en el Colón, sobre lo que se informa
en Espectáculos) transitan por diferentes caminos del arte.
Una está consagrada y es símbolo de la música argentina, sobre todo del
folklore. La otra -gigantesca intérprete de piano- está dedicada por
completo a la música clásica, inclinada hacia las expresiones
pianísticas de los creadores contemporáneos.
Unos fueron, entonces, a escuchar a Mercedes Sosa, sola, con su
guitarrista Colacho Brizuela, en compañía de la Camerata Bariloche, y
por primera vez junto al piano de Martha Argerich, dedicada de lleno al
cancionero de tierra adentro. Otros, a escuchar música clásica -si bien
de inspiración folklórica- con la Camerata, junto al guitarrista Eduardo
Falú. Los más, para llevarse el recuerdo -la parte anecdótica
preferentemente- de estos dos portentos musicales, cada cual en su
estilo. Martha, que no solamente acompañaba por primera vez a un
cantante (si se descartan encuentros de amigos o conciertos en la
intimidad), se introducía de pronto, como otra de sus repentinas
ocurrencias, por los meandros del folklore argentino, que conoce tanto
como puede hacerlo cualquier músico extranjero dedicado de lleno a lo
clásico. En definitiva, a través de varios ensambles, la sesión
vespertina de este domingo en el Colón estaba destinada a las
expresiones vernáculas.
La sesión abrió con una obra de Ginastera tan distante de toda
inspiración folklórica como puede estarlo cualquier otra partitura de
Schoenberg, Prokofiev o Berio (no nombramos a Bartok porque mucha de su
obra lleva el sello de la hungaridad.) En efecto: Concerto per corde,
Op. 33, de Ginastera, con la que se inauguró la noche, si bien es un
merecido homenaje al compositor en el 20° aniversario de su
fallecimiento, desconcertó a los oyentes de tal manera que entre
movimiento y movimiento las toses cubrieron el recinto. Un modo de
expresar el tedio. Misterio, esoterismo, "música objetiva", como la
llamó Juan Carlos Paz, suspensos, crispaciones, no arrancaron sino
tímidos, esquivos aplausos.
La primera ovación ocurrió cuando asomó el compositor, guitarrista y
cantor Eduardo Falú para entregar otra vez, con la Camerata, su "Suite
Argentina", hermosamente orquestada por Oscar Cardozo Ocampo.
Allí mismo se instaló el clima intimista que inundaría cada rincón del
teatro durante toda la noche. Al terminar, Falú rindió su homenaje a
Martha Argerich, cantándole su bellísima zamba "Tonada del viejo amor",
sobre versos de Jaime Dávalos.
Allí terminó la primera parte.
La segunda fue enteramente para Mercedes Sosa, invitada privilegiada de
Martha Argerich para su festival, que se inició el 4 del actual y
concluirá pasado mañana en el Teatro Colón.
Con Colacho Brizuela, la Camerata, Martha Argerich y, hacia el bis, con
todos ellos, Mercedes repasó un cancionero en el que alternaron
creadores de la talla de Yupanqui, Guastavino, Cuchi Leguizamón, Alberto
Ginastera y Ariel Ramírez, entre los patriarcas del folklore argentino.
Sin concesiones, casi como si se tratase de una ceremonia sagrada, el
refinamiento y la exquisitez adornaron el cancionero argentino de tierra
adentro.
Premiados
- MONTREAL.- El cine argentino conquistó dos importantes premios en el Festival de Cine del Mundo, que concluyó anoche aquí. La actriz Marina Glezer, protagonista de "El Polaquito", de Juan Carlos Desanzo, ganó el de mejor intérprete femenina, en tanto "Cleopatra", también de Desanzo, se adjudicó el premio del público a la mejor película latinoamericana. El Gran Premio de las Américas al mejor film fue para "Kordon", de Serbia y Montenegro.
Argerich y Sosa, ovacionadas
08 de septiembre de 2003
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