Bartók: Sonata para dos
pianos y percusión
En 1937, Béla Bartók escribe una de sus obras
maestras, la Sonata para dos pianos y percusión tras
haber legado, en asombrosa eclosión productiva,
dos creaciones deslumbrantes: el quinto Cuarteto de
cuerdas y la Música para cuerdas, percusión y celesta.
Bartók está en la madurez y el esplendor de su genio.
Fue compuesta entre los meses de julio y agosto
de 1937 en Budapest, como respuesta a un encargo
de la Internationale Geselleschaft für neue Musik
(Sociedad Internacional para la nueva música)
de Basilea para su décimo aniversario. El propio
compositor y su mujer, la pianista Ditta Pasztory la
estrenaron el 16 de enero de 1938, acompañados
por Fritz Sjchiesser y Philipp Rühlig en la percusión integrada por timbales, gran caja y cajas claras,
címbalos, tam-tam, triángulo y xilófono.
Dicen sus biógrafos que la idea de componer para
dos pianos le venía interesando al compositor. A este
propósito se suma la idea de Bartók de asociarlos con
la percusión. Y así lo confirma cuando asegura que
“poco a poco se reforzaba en mí la convicción de que
el piano no contrabalancea de manera satisfactoria
la sonoridad muy a menudo “mordiente”, penetrante,
de los instrumentos de percusión. De ahí que el
proyecto se modificó de tal manera que dos pianos
en lugar de uno aparecen aquí confrontados a la
percusión”. Así respondía al encargo…
La Sonata se divide en tres movimientos. El primero
adopta la forma de sonata bitemática, introducida
por un expresivo preludio, en tiempo Assai lento que
conduce a un Allegro molto con preparación del tema
principal, compartido entre los timbales y las síncopas
de los pianos, que se resuelven en el segundo tema,
más melódico; el dinámico tempo se acelera aún más
para terminar en una danza arrolladora. Un segundo
movimiento, de extraordinaria poesía, muestra la
vena lírica bartokiana. Introducido por la percusión
sola, este Lento ma non troppo de forma ternaria
se basa en la oposición entre la línea conjunta de la
primera parte y el corto motivo rítmico de seis notas
de la parte central que alcanzará una intensidad en
fortissimo (Agitato). El último movimiento, Allegro
non troppo, combina las formas rondó y sonata antes
de volcarse en un decidido rondó final. Aquí los
desarrollos rítmicos y melódicos se van estrechando
cada vez más, con entradas apretadas cuya tensión
dinámica se resuelve finalmente en una conclusión
calma y etérea.
Esta sonata ha sido grabada por Bartók, Ditta Pasztory
y dos percusionistas norteamericanos en noviembre
de 1940 en New York. Al mes siguiente, la obra
fue objeto de una transcripción bajo la forma de
Concierto para dos pianos y orquesta, creada el 21 de
enero de 1943, y que significó la última aparición en
público del compositor.
Agradecimientos a Hernan H por compartir este invalorable material con todos nosotros
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