Una
espectacular e inalcanzable estrella. Un director brillante, llevando
el timón de la orquesta más importante de Italia, la Santa Cecilia. El
ensayo antes de un concierto con el aforo completo.
“Creo que son sensacionales, desde todos los puntos de vista.
Musicalmente y también por su espíritu, extraordinario”, dice Martha
Argerich.
Martha Argerich acaba de cautivar a Roma con el Concierto de Schumann acompañada por los músicos de la Santa Cecilia.
Ferozmente independiente, alérgica a las reglas impuestas por la
carrera, la fama, los agentes y las agendas, Martha no interpreta la
música, la encarna.
“Es imposible separar la persona de la intérprete, ella es música.
Lo primero, es puro dinamismo. A pesar de toda la energía y de ese
carácter incontrolable que tiene en su interpretación, consigue plasmar
cada pequeño matiz, algo que pocos pianistas pueden lograr. No puedes
encerrarla en una jaula, ni en una caja, es un espíritu libre. Ella
tiene tanta clase, tanta elegancia clásica, es como de otra era… es
maravillosa”, explica Antonio Pappano.
Con una técnica prodigiosa, una musicabilidad extraordinaria y una
hipersensibilidad tal, hablar del destino de Schumann es como hablar del
de ella misma.
“Me conmueve mucho su sufrimiento. Me encanta su generosidad,
incluso con sus colegas, tenía mucho amor que dar, a todo el mundo.
También a Chopin por ejemplo, aunque no fue recíproco”.
Para Martha la música cobra sentido solo cuando es compartida. Indomable y valiente, ha luchado contra la soledad toda su vida.
“Friedrich
Gulda, que me enseñó muchísimo, me dijo una vez: ‘tienes que aprender
todo antes de cumplir 16 años, porque después te vuelves un poco
estúpido. Cuando tenía 17 años vivía como si tuviera 40, pero yo quería
vivir como una joven estudiante, como la gente de mi edad, que era
libre, se divertía, no tenía miedo escénico. Me di cuenta de que mi vida
era triste: viajaba mucho, sola… y yo era muy tímida y lo sigo siendo,
porque creo que es algo que siempre mantienes. Ahora, es verdad, que
tengo amigos en todos lados y ellos me cuidan”, contaba Martha Argerich.
“No necesitas saber nada de música para emocionarte ál máximo y
contagiarte del espíritu de su música. Caes rendido ante la energía que
desborda, pero lo hace siempre con mucha naturalidad, es como si la
música solo tuviera ese camino”, concluye Pappano.
Martha Argerich es considerada una de las mejores pianistas de nuestro tiempo.
Entre los últimos compromisos de la Orquesta Nacional de Santa
Cecilia se encuentra la gira europea con Martha Argerich. Su último
concierto es el 26 de noviembre de 2012, en Berlín.
Post de Zuca Taringa Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario