jueves, 11 de diciembre de 2014

"Argerich hizo vibrar Nueva York" - Archivo La Nación, 29 de marzo 2000


La pianista argentina fue ovacionada tras su presentación en el Carnegie Hall

Media hora de ovaciones coronaron el regreso al recital, después de 19 años, de la pianista argentina Martha Argerich. Fueron los neoyorquinos que colmaron el Carnegie Hall el sábado último quienes pudieron disfrutar de volver a verla sola, dejando su célebre inseguridad en bambalinas para sacarle chispas al piano con obras de Bach, Chopin y Prokofiev. En la segunda parte, volvió a su preferida música de cámara, junto con el Cuarteto Juilliard y su amigo y colega Nelson Freire. 


No se trata de caprichos, sino de angustias más que reales para la pianista que explicó que prefería interpretar música de cámara y conciertos y que por eso dejó de tocar como solista en 1981: "Es una situación muy obsesiva, cuando estás ahí sola en el escenario tocando", dijo al The New York Times. 

"El Carnegie Hall probablemente no vivió nada similar desde el recital que Vladimir Horowitz ofreció en 1965, después de 12 años de estar retirado", aseguró el crítico del The New York Times James Oestreich, en su elogiosa reseña de la histórica velada. 

Argerich hizo el esfuerzo de sentarse sola en el piano con el fin de recaudar fondos para el instituto de lucha contra el cáncer John Wayne, donde la pianista fue tratada exitosamente de melanoma (cáncer de piel), enfermedad que padecía. 

Fue una noche en la que Argerich jugó de local, como se pudo comprobar por la ovación, con sonoras patadas en el piso, con que la recibió el incondicional público norteamericano apenas ingresó, con una sonrisa, en el escenario del Carnegie. 

Y como en Buenos Aires el año último, Argerich deslumbró tanto al público como a la crítica. Según la encendida crónica de Oestreich, en sus manos la Partita en Do menor de Bach sonó "incomparable y excitante", la Barcarola en Do sostenido menor, de Chopin, "alternando entre la bravura llameante y el refinamiento último", y la Séptima sonata de Prokofiev, "una obra que parece hecha a medida para su estilo eruptivo y sin temor".
  
Argerich hizo vibrar Nueva York

No hay comentarios:

Publicar un comentario