Un dúo con los mejores maestros, Cecilia Isas y Alan Kwiek
Apadrinados por Martha Argerich y Bruno Gelber, se presentan hoy, en La Boca
Sus padrinos musicales son nada menos que Martha
Argerich y Bruno Gelber, dos artistas de fama mundial quienes escuchan y
aconsejan al dúo integrado por la violinista Cecilia Isas y el pianista
Alan Kwiek. Recién llegados de Europa, luego de unas presentaciones en
Holanda y España invitados por el Centro de Estudios Pianísticos
(entidad fundada en la Argentina con sede actualmente en Barcelona), y
su participación en un film documental en torno a la figura de Martha
Argerich en Bruselas, el joven dúo ofrecerá un concierto en la sala
mayor de la Usina del Arte, en el habitual horario matutino del ciclo de
música de cámara, esto es hoy, a las 11.30, con entrada libre y
gratuita. "La experiencia que nos transmite Martha Argerich, una persona
que desde hace sesenta años toca el piano en público a un altísimo
nivel, conociendo además el repertorio que hacemos hasta en el más
mínimo detalles, es una experiencia invalorable", señala Kwiek sobre el
trabajo con la gran pianista. "La mejor manera de aprender con ella,
agrega Isas, es la práctica directa."
¿Qué es lo más valioso que aprenden a su lado?
Cecilia Isas:
Los detalles de color, por ejemplo. Sin explicar nada, solo con tocar,
Martha ya nos transmite el clima que debemos percibir enla obra. Eso es
único.
Akan Kwiek: La respuesta que ella
tiene a la hora de enseñar es "¡Toquemos!". Así va guiándonos y
mostrándonos el camino desde adentro de la música. Sí se explican las
dificultades técnicas y sus soluciones. Pero lo mejor es cuando dice:
"No se hagan tanto problema porque se soluciona fácil". Y te da un
secreto para resolver la dificultad, mucho más fácil de lo que uno
imaginaba. Lo mismo sucede con Bruno Gelber. Antes de irnos a Italia
hace unos meses, nos recibió en su casa, le llevamos las partituras y
con un par de observaciones, nos resolvió cuestiones importantísimas,
así de fácil, sobre la mesa nomás.
¿Qué pueden comentar del programa del domingo?
Alan Kwiek:
Comenzamos con la Sonata Kreutzer de Beethoven, una obra innovadora en
su forma y en las exigencias técnicas del violín. Empieza con una
cadencia de solo de violín extremadamente difícil. El Presto viene
después de un Adagio inicial, una frase entera de 8 compases 4 de violín
y 4 de piano y recién la famosa frase que la caracteriza. Al piano le
pide que se transforme un poquito en violín (haciendo un poco de vibrato
y mucho más legato del que puede lograr el piano), y al violín le pide
sonar como piano (haciendo pasajes un poco percusivos, antinaturales
para el instrumento).
Cecilia Isas:
Continuamos con la Sonata en fa mayor de Mendelssohn, redescubierta por
Yehudi Menuhin, obra preciosa que no se toca habitualmente y que luego
de la Kreutzer -sonata enorme, concertante, imponente, compensa con su
frescura y romanticismo juvenil, lleno de ingenuidad.
-¿Cómo ven la actividad de la música de cámara actualmente?
Alan Kwiek:
Uno siempre desea que las condiciones y el medio mejoren. Tenemos la
obligación de pensar y aspirar a la perfección. Sin embargo reconozco
que la música de cámara ha ganado espacio y prestigio en los últimos
tiempos, sobre todo entre los músicos, y esa visión nos reconforta.
Dúo Isas-Kwiek
Repertorio: obras de Beethoven y Mendelssohn
Usina del Arte, Caffarena 1
Hoy, a las 11.30
Entrada, libre y gratuita
Cecilia Scalisi
Diario La Nación
30 de septiembre 2014
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