lunes, 1 de diciembre de 2014

Dúo integrado por la violinista Cecilia Isas y el pianista Alan Kwiek, apadrinados por Martha Argerich y Bruno Gelber se presentó ayer en La Boca

Un dúo con los mejores maestros, Cecilia Isas y Alan Kwiek

Apadrinados por Martha Argerich y Bruno Gelber, se presentan hoy, en La Boca


Sus padrinos musicales son nada menos que Martha Argerich y Bruno Gelber, dos artistas de fama mundial quienes escuchan y aconsejan al dúo integrado por la violinista Cecilia Isas y el pianista Alan Kwiek. Recién llegados de Europa, luego de unas presentaciones en Holanda y España invitados por el Centro de Estudios Pianísticos (entidad fundada en la Argentina con sede actualmente en Barcelona), y su participación en un film documental en torno a la figura de Martha Argerich en Bruselas, el joven dúo ofrecerá un concierto en la sala mayor de la Usina del Arte, en el habitual horario matutino del ciclo de música de cámara, esto es hoy, a las 11.30, con entrada libre y gratuita. "La experiencia que nos transmite Martha Argerich, una persona que desde hace sesenta años toca el piano en público a un altísimo nivel, conociendo además el repertorio que hacemos hasta en el más mínimo detalles, es una experiencia invalorable", señala Kwiek sobre el trabajo con la gran pianista. "La mejor manera de aprender con ella, agrega Isas, es la práctica directa."

¿Qué es lo más valioso que aprenden a su lado?

Cecilia Isas: Los detalles de color, por ejemplo. Sin explicar nada, solo con tocar, Martha ya nos transmite el clima que debemos percibir enla obra. Eso es único.

Akan Kwiek: La respuesta que ella tiene a la hora de enseñar es "¡Toquemos!". Así va guiándonos y mostrándonos el camino desde adentro de la música. Sí se explican las dificultades técnicas y sus soluciones. Pero lo mejor es cuando dice: "No se hagan tanto problema porque se soluciona fácil". Y te da un secreto para resolver la dificultad, mucho más fácil de lo que uno imaginaba. Lo mismo sucede con Bruno Gelber. Antes de irnos a Italia hace unos meses, nos recibió en su casa, le llevamos las partituras y con un par de observaciones, nos resolvió cuestiones importantísimas, así de fácil, sobre la mesa nomás.

¿Qué pueden comentar del programa del domingo?

Alan Kwiek: Comenzamos con la Sonata Kreutzer de Beethoven, una obra innovadora en su forma y en las exigencias técnicas del violín. Empieza con una cadencia de solo de violín extremadamente difícil. El Presto viene después de un Adagio inicial, una frase entera de 8 compases 4 de violín y 4 de piano y recién la famosa frase que la caracteriza. Al piano le pide que se transforme un poquito en violín (haciendo un poco de vibrato y mucho más legato del que puede lograr el piano), y al violín le pide sonar como piano (haciendo pasajes un poco percusivos, antinaturales para el instrumento).

Cecilia Isas: Continuamos con la Sonata en fa mayor de Mendelssohn, redescubierta por Yehudi Menuhin, obra preciosa que no se toca habitualmente y que luego de la Kreutzer -sonata enorme, concertante, imponente, compensa con su frescura y romanticismo juvenil, lleno de ingenuidad.

-¿Cómo ven la actividad de la música de cámara actualmente?

Alan Kwiek: Uno siempre desea que las condiciones y el medio mejoren. Tenemos la obligación de pensar y aspirar a la perfección. Sin embargo reconozco que la música de cámara ha ganado espacio y prestigio en los últimos tiempos, sobre todo entre los músicos, y esa visión nos reconforta.

Dúo Isas-Kwiek

Repertorio: obras de Beethoven y Mendelssohn
Usina del Arte, Caffarena 1
Hoy, a las 11.30
Entrada, libre y gratuita

Cecilia Scalisi
Diario La Nación
30 de septiembre 2014

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