Martha
Argerich era hasta ahora una figura prácticamente inasible para el
público local, que tuvo muy pocas oportunidades de oírla en vivo (la vez
anterior fue en 1986) y debió conformarse con su fascinante
discografía.
Pero en 1999 ella compensó años de ausencia con un
auténtico maratón, que desarrolló durante la segunda mitad de setiembre e
incluyó tres conciertos en el Colón (uno a dos pianos con Nelson
Freire; otro con la Filarmónica y un tercero con el chelista Mischa
Maisky), una presentación con la Sinfónica en el Luna Park y la primera
edición del Concurso Internacional Martha Argerich.
Su paso por Buenos Aires conmocionó profundamente la escena musical; por el increíble magnetismo de su piano y también por el Concurso, que convocó a una legión de formidables pianistas rumanos, chinos y japoneses de 20 a 30 años. De golpe Buenos Aires pareció transformarse en Bolzano o en Ginebra, las dos ciudades que en 1957 descubrieron en Argerich un fenómeno musical de 16 años.
Su paso por Buenos Aires conmocionó profundamente la escena musical; por el increíble magnetismo de su piano y también por el Concurso, que convocó a una legión de formidables pianistas rumanos, chinos y japoneses de 20 a 30 años. De golpe Buenos Aires pareció transformarse en Bolzano o en Ginebra, las dos ciudades que en 1957 descubrieron en Argerich un fenómeno musical de 16 años.
Federico Monjeau
Diario Clarín
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