viernes, 21 de noviembre de 2014

"Una noche brillante" - La Nación Espectáculos (30 de septiembre 1999)



Argerich y otras figuras, distinguidas con el Konex

Entre las luces del Salón Dorado del Teatro Colón y los flashes de las cámaras, Martha Argerich lució más brillante que nunca cuando posó junto a sus dos premios Konex. 


Como se informó ayer en La Nación , la gran artista argentina recibió anteanoche dos de las distinciones otorgadas por la Fundación Konex: la de Platino, a la mejor pianista, y la de Brillante, con la que fue consagrada como la figura más destacada de la música clásica argentina. Argerich, por lo tanto, fue la estrella indiscutida de la ceremonia, en la que se distinguió a los nombres más relevantes de la música durante la última década. 

El acto, que fue transmitido en directo por Canal (á), comenzó a las 19 con estricta puntualidad y los discursos de Luis Ovsejevich, presidente de la entidad y Ljerko Spiller, presidente del Gran Jurado y ganador del Konex de Brillante en 1989. Ellos fueron los encargados de entregarle a Martha Argerich -sin duda, la más aplaudida de la noche- sus dos estatuillas, mientras la mayoría del público presenciaba la ceremonia de pie y fuera de la sala. 

"Siento una conexión espiritual y musical mucho mayor con el país gracias a la Fundación Konex y al acercamiento con el público en los conciertos", expresó emocionada Argerich frente al estrado, mientras recordaba a su maestro, Vicente Scaramuzza. La promesa implícita de la pianista de volver a tocar pronto en el país (luego del concierto programado para mañana en el Luna Park) provocó una nueva ovación de los presentes. 

La ceremonia estuvo interrumpida en varias oportunidades por los cortes publicitarios que exigía la transmisión por cable. En esos momentos, se producía un silencio notable en el Salón Dorado en medio de los aplausos que siguieron a cada una de las entregas de las estatuillas de platino, menciones especiales y de honor.

Emociones interrumpidas

Uno de los pocos galardonados que recordaron al público en sus agradecimientos fue Roberto Oswald, regisseur con más de treinta años de trabajo en el Teatro Colón. Oswald dedicó también algunas palabras a los técnicos del teatro. 
El instrumentista de madera Mariano Frogioni se vio sorprendido por la designación: "Este es un premio inesperado para mí", confesó luego de recibir la estatuilla. Mauricio Wainrot, reconocido coreógrafo, extendió su agradecimiento a los bailarines y fue uno de los más aplaudidos. 
Una vez finalizada la entrega, todos los premiados subieron al escenario para una foto que agrupara a los mejores de la música clásica según el jurado de expertos de la Fundación Konex. 
Maestros y alumnos brillantes se encontraron en una fiesta rodeada de cámaras y reflectores, con un público entusiasta que, a las 21, comenzó a desplazarse hacia la sala principal del Colón, para asistir al concierto de Argerich junto con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.

Entre abrazos y ausencias

El momento más emotivo de la noche se vivió con el abrazo de las dos figuras de mayor edad entre los galardonados: el compositor Washington Castro y Cristian Hernández Larguía, director del Pro Música de Rosario, uno de los dos distinguidos como mejor conjunto de cámara de más de seis integrantes. El otro fue el Estudio Coral de Buenos Aires. La danza también tuvo una presencia destacada. Una de las más ovacionadas fue la bailarina Paloma Herrera, que llegó especialmente desde Europa para la entrega. "Es un inmenso honor recibir el premio de manos de mi maestra, Olga Ferri", dijo frente al micrófono. 
A propósito de la danza, los únicos ausentes de la lista de premiados fueron Julio Bocca y Maximiliano Guerra, que compartieron el Konex de Platino como mejores bailarines. La hermana de Bocca y la madre de Guerra ocuparon sus lugares para agradecer al Gran Jurado, ubicado en dos gradas dispuestas en el fondo del escenario. 


Soledad Aguado Harguinteguy 
Diario La Nación
30 de septiembre 1999

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